La tormenta de ayer entró por el oeste de la Isla y salió por el noreste. O dicho de otra forma, azotó de sur a norte la Isla.
Lo más curioso es que ni los litros de agua recogidos ni las rachas de viento alcanzadas fueron exageradas. Por ejemplo, en Galilea y el Port d'Andratx cayeron 30 y 39 litros por metros cuadrado, aunque sólo en media hora, de ahí el caos que provocó. En el Dique del Oeste el viento máximo se fijó en 45 kilómetros por hora, si bien en el Port d'Andratx el tornado disparó ese registro. Todos los parques de bomberos de la Isla pasaron el día en estado de alerta, con servicios continuos y trabajaron a destajo para devolver la normalidad a las áreas más golpeadas. Las localidades de Palma, Marratxí, Bunyola, Santa Maria, Alaró, Binissalem, Lloseta, Inca, sa Pobla, Alcúdia y Port d'Alcúdia se sumaron a las más castigadas -Andratx y Calvià- en el mapa de los daños causados por el temporal. Sin embargo, los efectos de la tormenta no fueron tan devastadores.