Un gran estruendo despertó ayer por la mañana a más de un vecino de los alrededores de la plaza Drassana, en Palma. Sobre las 08.00 horas, la pared de una vivienda de un quinto piso que estaba siendo reformada en la calle del Vi se derrumbó, provocando una lluvia de cascotes. En ese momento, un vecino de la zona llamado Manolo pasaba justo por debajo. El vecino, que llevaba un paraguas abierto, no pudo ver lo que se le venía encima y al momento quedó sepultado bajo los cascotes.
Una mujer que caminaba a escasos metros vio lo sucedido y empezó a pedir auxilio. Sus gritos llamaron la atención de dos turistas de Liverpool alojadas en el próximo hotel Palau Sa Font, en la calle Apuntadors. Al salir a la calle, las chicas se encontraron un panorama dramático. El hombre estaba en el suelo acompañado de la mujer, y ambos estaban rodeados por unos cables eléctricos que habían sido arrancados de su soporte y danzaban peligrosamente echando chispas.
Entre las tres, lograron rescatar al hombre y llevarlo al hotel. En la recepción recibió los primeros auxilios. El herido tenía una brecha en la cabeza, un tobillo muy hinchado y se quejaba asimismo de un fuerte golpe en un codo. Al hotel llegó el personal del 061, alertado por el 112, que lo atendió y trasladó en principio a una UVI móvil. Luego, al comprobar que las heridas no eran graves, fue trasladado hasta Son Dureta por una ambulancia de soporte vital básico.