JAVIER JIMÉNEZ/C.CASTRO
Esta revelación ha sido un mazazo contra Segundo Marcelo, el acusado del crimen de Sencelles, que desde el primer día ha sostenido que no tuvo intención de acabar con la vida de su compatriota. El imputado prestó ayer declaración ante el juez de Inca y luego ingresó en prisión. En el cuerpo sin vida de Vinicio han aparecido marcas distintas de neumático y después de una minuciosa reconstrucción de los hechos, y de contrastrar las versiones de los testigos, los investigadores han concluido que Vinicio fue rematado. El Opel Corsa lo arrolló en una primera ocasión y le causó lesiones en un brazo y otras partes del cuerpo. El trabajador sudamericano quedó en los bajos del turismo. Marcelo, bruscamente, dio marcha atrás y acto seguido, tras acelerar, volvió a embestir al cuerpo, que agonizaba. Ese segundo atropello fue mortal, ya que Vinicio fue estrellado contra la fachada de la casa y su cabeza se estampó contra un banco.
El detenido, sin embargo, insistió ayer en su relato del primer día. A las diez de la mañana un vehículo camuflado de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Pollença llegó al juzgado con el acusado, que presentaba un semblante afectado. Numerosos medios de comunicación le esperaban y Marcelo, tras unos segundos de duda, se llevó las manos al rostro, tapándoselo. Su abogada, Margarita Fernández, y el letrado de la acusación particular, José Ignacio Herrero, estuvieron presentes en la declaración de Marcelo ante el juez. El fiscal consideró que existían indicios inculpatorios suficientes para decretar su ingreso en prisión incondicional y sin fianza, tal y como finalmente fijó el magistrado.
El acusado reiteró que Vinicio había amenazado a todos los presentes con un punzón y que, además, había manoseado a una de las mujeres. «Soy consciente de lo que pasó, pero no quería matarlo, ésa no era mi intención», apuntó. La Policía Judicial entregó en el juzgado las diligencias y declaraciones efectuadas desde el domingo, cuando se descubrió el crimen. El trabajo de los investigadores ha sido clave para determinar que no se trató de un desgraciado accidente, refirieron ayer en fuentes cercanas al caso. La víctima mortal, que tenía 30 años, se encontraba bebida cuando fue arrollado pero el agresor, que también había consumido esa noche, no dio positivo en la prueba de alcoholemia.