EMILIO LÓPEZ VERDÚ
Diez días después de que un jurado popular declarase a Clemente Rodríguez culpable del asesinato con alevosía de su esposa en Son Servera, el juez le ha impuesto una condena de 17 años de prisión.
El fallo explica que los hechos se produjeron el 11 de noviembre de 2003 en la casa del matrimonio. Ese día, la mujer explicó a su marido la intención de separarse. El hombre, ya de madrugada, se levantó y asfixió a la esposa mientras dormía y, por lo tanto, sin que pudiera defenderse. Después, «confundido y presa del pánico», se llevó a su hijo hasta casa de sus padres, donde pidió ayuda y se ofreció voluntario para ir hasta la comisaría de policía, donde confesó los hechos. El fallo valora «el modo de ejecución singularmente ruin empleado por el acusado para dar muerte a su esposa, cuando ésta se hallaba completamente desprevenida (...) y traicionando el principio de confianza propio de la relación parental».
Entre los puntos del fallo, el juez valora que el acusado no acudió a pedir ayuda a los familiares de la fallecida, que vivían en el mismo bloque donde residía la pareja.
El magistrado también estima la declaración de una amiga íntima y compañera de trabajo de la fallecida, la cual confirmó durante el juicio que el matrimonio estaba atravesando «una profunda crisis» y que Cecilia había tomado la firme decisión de separarse de su marido. La amiga declaró que esto ocurrió varios meses antes del crimen y tras un aborto. El hombre le respondió entonces que «si se separaba de él la iba a matar». El episodio se repitió muy poco antes del asesinato, cuando la mujer volvió a confesar a su amiga entre lágrimas que las amenazas se repetían, y que entonces «pasaba lo mismo, pero más grave».