EMILIO LÓPEZ VERDÚ
Un ciudadano holandés de 65 años, cuya identidad no fue facilitada, murió ayer después de sentirse indispuesto cuando nadaba en Cala Rajada. El hombre fue hallado por el tripulante de una embarcación, que lo ayudó a llegar hasta la costa. Una vez allí, desde el 112 se alertó a la Guardia Civil, Policía Local de Capdepera y el 061, que trasladó dos ambulancias para intentar reanimar al hombre. Los ejercicios se prolongaron durante un buen rato, aunque no se pudo hacer nada para evitar su fallecimiento. La muerte fue comunicada al juez de guardia de Manacor, y se espera que en próximos días se realizará una autopsia que aclare las causas de la muerte.
Además de este incidente, en Menorca un hombre de 35 años falleció en Ciutadella después de sufrir un accidente de buceo. El hombre fue trasladado a Cala en Forcat, donde fue atendido por el 061. El 112 coordinó el desplazamiento de efectivos, aunque sólo se pudo certificar su muerte.
Asimismo, Salvamento Marítimo tuvo que rescatar ayer a un pescador en apuros que se encontraba en un barco de arrastre que faenaba a unas 18 millas al sureste de Andratx.
El hombre sufrió un ataque epiléptico y el patrón siguió el protocolo habitual, que pasa por avisar al centro radiomédico. Tras estudiar la situación, se decidió que el mejor modo de evacuación era el rescate vía marítima, por lo que Salvamento desplazó al Salvamar Acrux hasta el lugar y lo trasladó hasta el Port d'Andratx, donde el pescador entró por su propio pie en una ambulancia del 061. Posteriormente, fue trasladado a Son Dureta.