ASSUMPTA BASSA-P.M.
A media mañana de ayer el mar estaba embravecido y había un fuerte temporal en la playa de Cala Mandia. En un momento dado se divisó desde la arena a una bañista, que se movía como un muñeco roto a merced de las olas. Se dio aviso a la Unidad Territorial de Costas, de la Policía Local de Manacor, y en pocos segundos llegó una pareja. Al comprobar el peligro de la situación los agentes se comunicaron por radio con Salvamento Marítimo y con un centro de buceo de la zona, pero era evidente que la situación requería de una solución muy urgente. La bañista seguía a merced de las olas, se había golpeado ya contra las rocas, y el peligro de que falleciera, ahogada o en un nuevo embate contra las olas, estaba latente. Así que uno de los agentes, de nombre Toni, se quitó el uniforme, se puso de acuerdo con su compañero, Matías, y sin pensarlo más se lanzó al agua. El joven llegó hasta la bañista, con la ayuda de su compañero que desde la orilla le iba dando indicaciones y le había lanzado un salvavidas, y de un turista que trató de colaborar.
El policía dijo después que su objetivo era siempre el de agarrar a la mujer y, cuando lo hizo, evitar que las corrientes y el fuerte oleaje les lanzaran contra las olas. Se vivieron momentos de mucha tensión e incertidumbre, mientras que desde la central se iban desplazando más compañeros y se daba aviso al 061 para que enviara ambulancias a la playa. Finalmente el esfuerzo se vio recompensado y el agente pisó la playa, con la bañista en brazos y sangrando. Ambos fueron atendidos aunque el agente no sufrió daños, pero se le colocó una manta térmica para que entrara en calor después de haberse sumergido en las frías aguas.