A las dos y diez minutos de la tarde el Pontiac de color blanco de Margaret y William enfiló un tramo recto de la carretera que une Petra con Manacor.
Al volante iba la mujer, de 67 años, y a su lado la víctima mortal, de 69. A la altura del kilómetro 3-300 el turismo frenó desesperadamente, ya que sobre el asfalto quedó marcada una frenada de unos veinte metros. Se desconoce el motivo por el que la conductora intentó detenerse tan bruscamente, pero instantes después el vehículo se salió de la calzada y chocó contra una piedra. Se trata de un tramo recto, de buena visibilidad, y ahora el subsector de Tráfico investiga qué ocurrió en el coche. Sea como fuere, el resultado del accidente fue fatal para William. Su esposa sufrió algunos golpes y contusiones, de carácter leve, pero él empezó a sentirse cada vez peor y al final murió. La autopsia deberá determinar si sufrió un infarto por la impresión del siniestro o si, por el contrario, se golpeó violentamente la cabeza, lo que le supuso la muerte.
El centro de emergencias del 112 puso en marcha el dispositivo de auxilio, y movilizó a una ambulancia del 061 y a la Guardia Civil. Cuando los médicos llegaron intentaron reanimar las constantes vitales del británico, que no remontaba.
Al final sólo pudieron certificar su muerte. Su esposa fue atendida in situ y no fue necesario que quedara hospitalizada. El turismo, con placas de matrícula IB-5639-DB, fue retirado de la cuneta con Grúas Perelló y en la inspección ocular que llevaron a cabo los agentes de Tráfico se confirmó que los daños materiales eran muy suaves. En definitiva, que por el estado del automóvil no se podía evidenciar que uno de los ocupantes había resultado fallecido. El juzgado de Manacor que estaba de guardia fue informado de la muerte del extranjero, que al parecer residía en la isla, y está previsto que en las próximas horas se le practique la autopsia. La Benemérita está tratando de aclarar si en el accidente se vio implicado algún otro vehículo, aunque de momento esta hipótesis parece descartada.