JAVIER JIMÉNEZ/MICHELS
Un pino seco, de diez metros de altura, se desplomó ayer sobre tres
turistas durante un vendaval en Cala Fornell. El resultado fue
demoledor: dos veraneantes alemanes murieron a causa de las heridas
y la otra afectada, una mujer de esa nacionalidad, está
hospitalizada en estado grave.
El día amaneció espléndido, aunque empañado por un viento incómodo, de rachas fuertes. Anne Marie y Peter Brandt, de 60 y 61 años, salieron temprano de su hotel de Peguera. Desayunaron y al mediodía se dirigieron de Cala Fornell a Cap Andritxol, por el Camí des Caló de Son Monjo. Se trata de una excursión clásica en la zona, que tiene un gran éxito entre los turistas alemanes de Calvià. A las 12.40 horas un grupo de veinte extranjeros, entre los que se hallaban el matrimonio y el tercer implicado, Herman Fritz, de 73 años, pasó junto a un gran pino, seco y que aún se tenía en pie. Soplaba un fuerte viento y de súbito el árbol se resquebrajó y se desplomó sobre ellos.
Los tres alemanes no pudieron escapar y las ramas los aplastaron contra el asfalto. Quedaron gravemente heridos, conmocionados y con el rostro bañado en sangre. Los minutos siguientes fueron de gran desconcierto: gritos, llamadas teléfonicas de ayuda al 112 y mucha tensión.
Una doctora de origen alemán, tres médicos del 061 y efectivos de bomberos, Policía Local, Protección Civil y Guardia Civil accedieron a aquel camino y atendieron a los heridos. La mujer fue rescatada con relativa facilidad, mientras que con los dos varones la operación fue más complicada. Los bomberos tuvieron que serrar las ramas y trabajar con sumo cuidado para no lesionarlos más,