Son Marroig, en Deià, se convirtió ayer en la tumba de Blanca Giraldo Osorio, una conductora colombiana de 48 años de edad. La mujer perdió el control de su coche a una velocidad elevada y falleció casi al instante tras estrellarse violentamente contra un camión aparcado, una pared y una valla.
La víctima iba al volante de un Volkswagen Polo con placas de matrícula IB-3654-CY. Minutos antes de las once de la mañana pasó Valldemossa y llegó a Son Marroig, ya en el término de Deià. Circulaba rápido y al tomar una pequeña curva se encontró con un camión aparcado, junto a una obra de una pared seca. Dio un volantazo y el turismo le hizo un extraño. Acto seguido impactó con un muro y luego contra el vehículo pesado. El Polo salió rebotado e invadió el margen izquierdo de la carretera, estrellándose finalmente contra una valla.
Todo ocurrió en pocos segundos y los operarios de la obra próxima sólo tuvieron tiempo de escuchar una frenada y luego un golpe. Mientras el centro de emergencias del 112 ponía en marcha el dispositivo de alerta una doctora de Valldemossa se dirigió hacia el punto kilométrico del accidente, escoltada por una patrulla de la Policía Local, que le fue abriendo camino para llegar sin demora. Cuando la facultativa examinó el cuerpo de Blanca comprendió que ya no se podía hacer nada por ella. El diagnóstico lo confirmaron luego los médicos del 061, que certificaron el fallecimiento.
Una hermana de la víctima y otros familiares llegaron a Deià cuando el cadáver seguía todavía en el coche siniestrado, tapado por una manta. El impacto emocional fue tremendo y todos ellos rompieron a llorar, completamente derrotados. Había sido una muerte inesperada y casi inexplicable, ya que aquel tramo no era en apariencia extremadamente peligroso. Además, Blanca llevaba puesto el cinturón de seguridad. A consecuencia del accidente el vehículo de la colombiana quedó girado, como si se dirigiera hacia Valldemossa. Tenía la parte delantera destrozada, sobre todo el habitáculo izquierdo, el del conductor.