La goma del gas de la cocina que estalló en el Port d'Alcúdia, volando un chalet y causando heridas a tres ingleses, había cadudado en 1994, según consta en el informe confeccionado por la Policía Judicial de la Guardia Civil.
La casa, ubicada en la calle Perdiu número 12, había sido alquilado por John y Linda, una pareja de residentes británicos. Los extranjeros, a su vez, subalquilaron una habitación a Anthony, un compatriota que ahora se debate entre la vida y la muerte a causa de las quemaduras que sufrió en la deflagración. En ese cuarto le instalaron una pequeña cocina, en la que el inquilino podía calentar y preparar su comida. Sin embargo, el aparato estaba en un estado ruinoso: la goma del tubo del gas, que conecta con la bombona, fue revisada por última vez en 1994 y había caducado desde esa fecha. Además, alguien había realizado algunos «apaños» en las conexiones, para prolongar la vida de la cocina y sin tener en cuenta el altísimo riesgo de una fuga de gas. El lunes por la mañana Anthony no reparó en una bolsa de gas que se había formado en su habitación y cuando encendió la luz, poco antes de las nueve, sobrevino la potente explosión, que lo dejó sepultado y malherido.
El inglés continúa ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital barcelonés de Vall d'Hebrón, estable dentro de la extrema gravedad. Un portavoz del centro confirmó que Anthony está intubado, recibe respiración asistida y no está consciente. Tiene el 66% de su cuerpo quemado, además de otras lesiones. John y Linda, por su parte, recibieron el alta el mismo día de la deflagración, por la tarde, y se encuentran alojados temporalmente en casa de unos amigos, ya que de su chalet alquilado sólo quedan algunas paredes en pie.