JAVIER JIMÉNEZ/MICHELS
El Ministerio de Interior ha clausurado los calabozos y los baños
del cuartel de la Guardia Civil de Palmanova, porque no reúnen unas
mínimas condiciones higiénicas y de seguridad.
La medida, que no tiene precedentes en Mallorca, supone un considerable trastorno en el funcionamiento de aquel acuartelamiento, ya que ahora todos los detenidos deben ser trasladados a la Comandancia palmesana. De esta forma, se pierde un tiempo muy valioso que además afecta a la seguridad ciudadana del municipio. De hecho, los agentes que patrullan por aquellas calles en la actualidad realizan continuos trayectos entre Palmanova y Palma, custodiando a sospechosos.
El recinto, construido hace más de cuarenta años, cuenta con 130 metros cuadrados y su estado es lamentable. Hay ocho oficinas, dos baños, zona de calabozos y un antiguo garaje reconvertido ahora en despacho. Un pequeño trastero hace las veces de vestidor, junto a unos 50.000 atestados que se acumulan desordenadamente. La oficina del coordinador del Àrea de Prevención de la Delincuencia no supera los cinco metros cuadrados y el exterior del cuartel, en una céntrica calle de Palmanova, evidencia un estado ruinoso.
El asunto se agrava si se tiene en cuenta que el municipio es uno de los más importantes en cuanto a intervenciones de la Benemérita, sobre todo en los meses de verano. En la orden de clausura del ministerio se detalle que el bochornoso estado de los calabozos tiene un efecto psicológico en los detenidos, por lo que no pueden seguir operativos.