EFE-ISLAMABAD
El Gobierno de Pakistán ha confirmado que el terremoto ocurrido
hace poco más de un mes en el norte del país acabó con la vida de
más de 86.000 personas, hirió a más de 100.000 y dejó a cerca de
3,3 millones sin hogar, informaron ayer los medios locales.
«Estas lúgubres estadísticas podrían aumentar», dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Khurshid Kasuri, quien calificó el desastre como la «mayor calamidad natural que ha visto el mundo en la historia reciente».
Según Kasuri, la ONU ha estimado que la magnitud de la devastación supera a la causada por el tsunami que arrasó las costas del Indico en diciembre del pasado 2004 y que la reconstrucción y rehabilitación de las zonas afectadas llevará por lo menos 10 años.
Kasuri expresó su agradecimiento a la comunidad internacional y las agencias internacionales por la asistencia prestada y por los compromisos adquiridos de ofrecer más de 2.000 millones de dólares de ayuda a Pakistán.
En las primeras semanas que siguieron a la catástrofe, 52 países enviaron ayuda y equipos médicos de 32 naciones han participado en la asistencia a los heridos.
Sin embargo, el ministro pidió más ayuda y mostró su esperanza de que ésta se materialice el próximo día 19 en Islamabad, durante la conferencia internacional en la que el Gobierno presentará la evaluación de los daños y la planificación de la reconstrucción.
Por su parte, el general Shaukat Sultan, portavoz de las Fuerzas Armadas, dijo que la distribución de grano y ropa de invierno a las víctimas se ha convertido en una emergencia. El mayor riesgo que afrontan ahora los supervivientes es el duro invierno himaláyico, que cubrirá de nieve la región los próximos cuatro meses.