La patrulla fiscal de la Guardia Civil del Port de Pollença realizaba un trayecto corto y de repente un conductor aceleró y se estrelló contra ellos. Antes de que los agentes pudieran intuir que se trataba de un 'kamikaze' el piloto dio marcha atrás y chocó por segunda vez contra la dotación policial.
Dos funcionarios policiales resultaron contusionados de carácter leve, al igual que el conductor que había provocado el accidente. Eran aproximadamente las doce del mediodía y el acusado ofreció una tenaz resistencia a la hora de ser reducido. Se trataba de un extranjero de mediana edad, que se expresaba de forma incoherente en inglés, alemán y castellano, y que no paró de proferir alaridos y mostrar un comportamiento extremadamente violento. Fue trasladado hasta el cuartel de la Benemérita, no muy lejos de donde se produjo la colisión, y en aquellas dependencias siguió sin colaborar.
Los agentes se dieron cuenta de que presentaba algunas lesiones y a las dos de la tarde se pusieron en contacto con el 061 para que una ambulancia lo recogiera y se lo llevara a Son Dureta. El individuo, cuya identidad no ha trascendido, tuvo que ser esposado e inmovilizado en la camilla, y una dotación de la Guardia Civil siguió a la ambulancia durante el trayecto al hospital palmesano. Desde la Comandancia se informó que el conductor no paraba de gritar: «¡cocaína!» y que tuvieron que suministrarle un calmante para que se relajara. Todo parece indicar que el sospechoso iba bebido o drogado, pero este extremo deberá ser confirmado por los facultativos que lo atendieron.
La Benemérita ha abierto una investigación para aclarar el motivo por el cual el extranjero se lanzó con su coche contra la patrulla y ha descubierto que se encuentra en situación de busca y captura. De las primeras diligencias realizadas hasta la fecha se deduce que el acusado no conocía de nada a los guardias civiles que atropelló. En cuanto reciba el alta médica en Son Dureta el acusado será puesto a disposición judicial y es probable que ingrese en prisión.