MICHELS/JAVIER JIMÉNEZ
El aparcamiento asaltado en la madrugada de ayer se encuentra
ubicado en un lujoso edificio de la calle Bris Mar, en el Port
d'Andratx, y los actos vandálicos fueron descubiertos a eso de las
nueve de la mañana, cuando el dueño de uno de los coche bajó al
párking.
La mayoría de residentes en aquella finca son alemanes, de alto poder adquisitivo, y entre unos y otros se fueron avisando de lo que había ocurrido durante la noche. Los propietarios de los turismos bajaron al aparcamiento y comprobaron que ocho turismos y dos motocicletas habían sido víctima de los delincuentes.
La mayoría tenía los cristales fracturados y la capota rajada con unas tijeras. El objetivo parecía evidente: querían apoderarse de efectos de valor del interior, y no tuvieron en cuenta los destrozos que ocasionaron. Efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil se desplazaron hasta el edificio en cuestión, donde buscaron huellas o indicios sobre los vándalos.El acceso al aparcamiento está limitado, lógicamente, a los usuarios, y además no es sencillo adentrarse en él. Existe un código que hay que introducir en un lector para que se abra la puerta de acceso, pero por lo visto los desconocidos no tuvieron problemas para hacerse con él. «Tuvieron que hacer bastante ruido, porque hay muchos cristales rotos y puertas forzadas», opinó uno de los agentes que intervinieron en la investigación.
Sin embargo, las paredes son gruesas y el aparcamiento está insonorizado, lo que imposibilitó que alguien oyera algo. Los coches afectados son de las marcas BMW, Mercedes, Alfa Romeo, Volkswagen, Suzuki y también hay un Ford y un Opel. Las motocicletas son de gran cilindrada y al parecer los ladrones pretendían robarles algunas piezas, aunque no lo consiguieron por completo. Los vecinos fueron informados de los trámites para presentar denuncia y cada uno de ellos elaboró una lista con los efectos que echaba en falta. Los daños materiales, con todo, superan al botín que obtuvieron los desconocidos.