Doce días después del «Stan», las cosas siguen mas o menos igual de mal en Guatemala, sobre todo en la zona más afectada, que es la suroccidental, donde Balears, a través de Cooperación del Govern, tiene bastantes proyectos en marcha, entre otros los de Intermon, Veterinaris sense Fronteres, Ensenyants Solidaris, STEI, Artà solidari, Fundació Barceló, Associació entre pobles Mallorca y Voluntaris de Mallorca. A media tarde de ayer, domingo, llegamos a Guatemala, junto con tres miembros de Voluntarios de Mallorca: Antonio Palazón, Andrés Llabrés y Juan Bennasar, con quienes ya estuve tras etsunami de Tailandia, que llegan a este lugar con la ayuda del Consell de Mallorca y de diversas empresas, como Marineland, dispuestos a echar una mano donde sea, que aquí es muy necesaria.
A las siete de la tarde, en un hotel de Guatemala, nos reunimos con Bernardí Coll, delegado del Govern de Cooperación para al Desarrollo, que ha estado en el aeropuerto tratando de retirar cerca de 1.500 kilos de material, pero que ha tenido que dejar a causa de la lentitud burocrática que impera en el país.Media hora después, en la terraza del hotel, Bernardí Coll se reúne con representantes de Medicus Mundi, Intermon y Voluntarios solidarios de Mallorca para planificar el trabajo de la semana... con el permiso de las comunicaciones, pues aunque no llueve y algunas carreteras cerradas han sido abiertas, otras siguen cerradas y otras que estaban abiertas, a causa de desplomes de tierra, han vuelto a ser cerradas, lo que se traduce en lentitud en la circulación.
A todo ello hay que añadir el pillaje. Bandas de maras asaltan los camiones cargados de víveres, por lo que no ha quedado mas remedio que organizarse en convoyes escoltados por el ejército.
Hoy, tras una primera, aunque breve, toma de contacto con la realidad, gracias a la cual nos pudimos dar cuenta de la situciación que viven algunas de las regiones más afectadas, trataremos de acercarnos con Voluntarios sin Fronteras de Mallorca hasta las comunidades del lago Atitlan, como Panajachel y Santiago Atitlan, que son zonas muy afectadas, especialmente Panabaj, que ha sido declarada camposanto ya que bajo su barro han quedado sepultados cientos de cuerpos, barro que ya no permiten remover.