Un hombre de 44 años de edad, Mateo J.M., fue condenado ayer por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma a cinco años y medio de prisión por golpear e intentar violar a su ex pareja. Acusado y víctima se conocieron una noche de marcha y comenzaron a mantener relaciones esporádicas, a espaldas de sus respectivas parejas. Después de cuatro meses, la relación entre ambos se dio por finalizada. Sin embargo, en octubre de 2004 el condenado la invitó a su casa de Palma. Cuando la mujer se presentó en el piso, el hombre insistió en mantener relaciones sexuales con la mujer. Cuando ésta se negó, el hombre «adoptó una actitud fuertemente agresiva», según el fiscal, diciéndole cosas tales como «de aquí no se va nadie hasta que no te haya follado». A continuación le quitó a tirones la chaqueta rompiéndole varios botones, le rasgó el sujetador y le mordió un pezón. Luego se la llevó al dormitorio y la tiró sobre la cama, le quitó el calzado, los pantalones y le rompió las bragas. Como ella se resistía, comenzó a abofetearla con fuerza varias veces en la cara, al tiempo que le decía que «era una puta y un zorrón». Luego intentó besarla y le mordió la boca en el instante en que ésta intentaba cerrarla.
En pleno forcejeo cayó un cenicero de cristal de la mesilla de noche, rompiéndose en el suelo, y la mujer se produjo una herida en la rodilla derecha. A pesar de todos los intentos la víctima siguió resistiéndose, por lo que el hombre le quemó con un cigarrillo en la cara y luego en el seno derecho. Cuando se disponía a penetrarla, y ante la resistencia de la mujer, intentó introducirle los dedos en la vagina.
Después de lo sucedido, la mujer denunció los hechos ante la policía y posteriormente ante el juzgado de guardia. El forense le realizó una exploración, localizándole quemaduras superficiales en la mejilla izquierda y seno derecho, erosiones en la espelda y en el labio superior y una herida incisa en la rodilla derecha. En total, la mujer tardó en curar 15 días, quedándole como marcas varias cicatrices.