Un hombre de 40 años fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial acusado de abusar sexualmente de su hija de 11 años hasta en tres ocasiones y de intentarlo al menos otras dos veces. El acusado mostró ayer su arrepentimiento durante el juicio y afirmó que las relaciones entre ambos habían sido «consentidas».
Los hechos tuvieron lugar en Palma en 1999. Al parecer, el acusado tenía varias películas de animación japonesas de carácter pornográfico y le propuso verlas con ella, aunque la menor negó este extremo. Según el ministerio público, dos de los episodios de abusos tuvieron lugar en el dormitorio y otro en el salón de la casa. El padre le propuso relaciones y la menor aceptó, según el fiscal, «debido a su corta edad y al miedo reverencial a su padre».
Al cabo de dos años, el acusado aprovechó que la pequeña estaba sola en casa para proponerle de nuevo mantener relaciones, aunque en este caso se negó con firmeza.
En su declaración de ayer, la joven se mostró muy tensa en algunas ocasiones al recordar lo sucedido. También explicó que no se negó a mantener relaciones, aunque «lloró de impotencia». A pesar de que los hechos tuvieron lugar hace seis años, sólo se animó a denunciarlo en octubre de 2004, cuando le comentó lo sucedido a su novio y éste le animó a emprender medidas legales contra su padre.
Por su parte la madre de la menor, que está separada del acusado desde antes de que sucedieran los hechos, comentó que nunca notó nada extraño en su hija, aunque sus notas en el colegio empeoraron.
El fiscal pide hasta 30 años de cárcel para el acusado por tres delitos de abuso sexual y dos tentativas más, aunque también ha presentado un escrito alternativo en el que pide 8 años de cárcel al considerar que los hechos podrían considerarse como un delito de abuso continuado, y que las otras dos tentativas podrían no serlo, al apreciar que lo único que hubo fueron proposiciones para mantener relaciones sexuales.
Por su parte, la acusación particular pide 37 años de prisión y una indemnización de 100.000 euros.
El abogado de la defensa, Miquel Àngel Cardell, solicita dos años de prisión para el acusado al apreciar hasta cuatro atenunantes: alcoholismo, reparación parcial del delito, delaciones indebidas y otra analógica de confesión.
El letrado explicó que, después de ser detenido, el acusado reconoció voluntariamente los hechos y que en la actualidad se encuentra bajo tratamiento para dejar el alcohol.