Salto cualitativo de los 'butroneros', que ayer de madrugada intentaron su golpe más audaz. Abrieron un agujero en un bar de Marratxí y desde allí llegaron a una sucursal bancaria. La alarma truncó sus planes y para desquitarse consiguieron acceder a una nave de aluminio de Santa Maria.
«Sin duda lo tenían perfectamente planificado», reconoció ayer uno de los investigadores, ligeramente sorprendido por los nuevos planes de los 'butroneros'. La sucursal de Bancaja, en el polígono de Marratxí, se encuentra a unos 300 metros del cuartel de la Policía Local. Si aquel emplazamiento no fuera suficientemente disuasorio, cuenta con un moderno sistema de alarma y con todas las medidas de seguridad de última generación. Y aún así, los delincuentes se atrevieron con el banco. Llegaron de noche y abrieron un agujero en el techo del bar «La Cantina», colindante con la oficina bancaria. El establecimiento sólo les interesaba como acceso al banco. Estudiaron el interior y eligieron una pared para realizar otro boquete. Sin embargo, erraron y antes de poner un pie en la sucursal saltó la alarma y los puso en huida.
El fracaso en Marratxí no los desalentó y su siguiente destino fue el polígono de Son Llaüt, en Santa Maria. Posiblemente ya lo tenían controlado de otras visitas nocturnas y esta vez escogieron una nave de aluminio. Reventaron una plancha lateral y se colaron en el interior, aunque no ha trascendido si se apoderaron de dinero en efectivo o efectos de valor. El asalto al banco se conoció minutos después de producirse, cuando una patrulla se personó en Marratxí para comprobar si la alarma se había activado justificadamente. El de Santa Maria, en cambio, se descubrió a primera hora de la mañana, cuando los encargados se incorporaron a la jornada laboral.
En las últimas semanas han ido 'cayendo' algunos 'butroneros' en Pollença, Santanyí, Calvià e Inca. La banda principal, empero, continúa actuando y su intento de robo en Bancaja revela que están intentado un golpe sonado, quizás el último del verano.