En sólo veinte minutos un pirómano puso en jaque a las Fuerzas de Seguridad y quemó un coche y dos furgonetas estacionadas en calles del Port d'Alcúdia.
El espectáculo del incendiario empezó a las ocho en punto de la mañana de ayer, en la calle Martel. Se acercó a un Ford Fiesta aparcado correctamente, forzó la puerta, arrojó en el interior una pastilla incendiaria y se alejó disimuladamente. El turismo, modelo antiguo, empezó a arder y el humo se coló por las ventanas, saliendo al exterior. Acto seguido lenguas de fuego comenzaron a devastar el coche y una densa humareda se alzó sobre él. Vecinos y transeúntes dieron aviso a los equipos de emergencia y cuando la Policía Local y los bomberos llegaron pensaron que se trataba de un problema eléctrico o de motor del Ford, dado que era un modelo con matrícula PM-S, con más de 25 años de antigüedad.
Pero en realidad no era un accidente. El incendiario continuaba en las inmediaciones y diez minutos después eligió su segunda presa, una Seat Trans, en la calle Maristrani. Violentó la furgoneta y arrojó una sustancia en el interior, como en el primer caso. Estaba lloviznando y aun así las llamas se extendieron rápidamente. Ahora ya no había duda de que un pirómano andaba suelto y varias patrullas de la Guardia Civil se sumaron al dispositivo de emergencia en el Port d'Alcúdia. El tercer golpe lo asestó en la calle Coral. Esta vez, con los equipos en máxima alerta, no consiguió su objetivo y los bomberos pudieron sofocar las llamas en otra furgoneta antes de que quedase calcinada por completo.El despliegue de la Policía Local fue contundente y fueron interceptados varios sospechosos, que transitaban por calles próximas. A ninguno de ellos se le intervinieron pastillas incendiarias, por lo que quedaron en libertad. El delincuente, consciente de que la zona estaba tomada por las Fuerzas de Seguridad, dejó de actuar. Sin embargo, la investigación policial sigue en marcha y los investigadores cuentan con algunas pistas que podrían dar con el autor de los tres incendios.