«Nos queremos mucho y nuestra boda es el resultado de ese amor». Así de contundente se mostró ayer el novio del guardia civil gay de Vilafranca, que en los próximos días protagonizará en Mallorca la primera boda en España de un agente homosexual.
Ultima Hora adelantó ayer en exclusiva la noticia de la boda y las reacciones no se han hecho esperar. El joven, ex vecino de Llucmajor, manifestó que «nos hemos pasado el día al teléfono, nos han llamado todos los medios de comunicación». «No queríamos que trascendiera y cuando lo hemos leído nos ha extrañado, pero estamos contentos porque no habéis puesto ni el lugar de la boda ni la fecha, ha sido un detalle por vuestra parte», añadió. El novio del guardia civil, con el que lleva años de relación, reiteró que ambos quieren una ceremonia íntima: «Seremos muy pocos, pero no te voy a contar más».
El contrayente aseguró que no habían concertado ninguna exclusiva para costearse el enlace y recordó que «la única vez que hemos dado una entrevista fue hace años, cuando saltó la noticia de que mi pareja pedía una vivienda en la casa cuartel para vivir conmigo. Pero en aquella ocasión nos engañaron y nos chantajearon, no fue nada agradable. Respetamos el trabajo de los periodistas, pero esta vez queremos algo muy privado. Al fin y al cabo es nuestra boda».
Preguntado sobre cómo habían encajado la noticia en la Comandancia de la Guardia Civil y en los otros cuarteles de la Isla opinó que «creo que dentro de lo que cabe lo han aceptado. Hay de todo, como en la vida, pero pensamos que los compañeros se lo han tomado bien». Sobre su futuro próximo, apuntó que la boda no cambiaría en nada sus vidas: «Nos queremos, estamos enamorados y por eso nos casamos. Pero en realidad ya es como si estuviéramos casados hace mucho, desde cuando conseguimos vivir juntos en la casa cuartel». Una de sus ilusiones es «pasar desapercibidos, como el resto de la gente normal», ya que esa normalidad implicará que son aceptados por su entorno. «La gente es libre de pensar lo que quiera, pero a mí todo ese ruido que se monta a nuestro alrededor no me gusta. Y a mi pareja tampoco. Tienen que vernos como una pareja más, y ya está», concluyó.