Ana María Minissale y Daniel Allan Woolcock llevaban residiendo en el inmueble de la calle Salut al menos cuatro años, y eran bastante conocidos en la tranquila barriada de El Terreno, donde la noticia de su muerte ha sorprendido a los vecinos que ayer se iban acercando al lugar. Ana, que hablaba fluidamente el castellano, había tenido diversos empleos a lo largo de los últimos años, en los que había trabajado limpiando yates en el Port de Palma, cuidando ancianos y de camarera en un pub. También solía recibir la visita en vacaciones de uno de sus hermanos, que ha residido algún tiempo en Mallorca.
Por su parte, Daniel trabajaba como albañil aunque era un gran aficionado a la música electrónica, llegando en alguna ocasión a «pinchar» en algunos pubs de Palma. Según contó a un amigo hace poco tiempo, su sueño era poder dedicarse a la música y abandonar su actual oficio. De hecho, tenía una buena colección de música electrónica y solía poner algún CD diariamente, cuando llegaba a casa.
La noticia del fallecimiento afectó mucho a algunos de los vecinos como Joanne, una mujer camerunesa que vive en el primer piso, y que conoció a la pareja hace algún tiempo.