EFE-SAN SEBASTIÀN
Un vigilante ha fallecido y otro ha desaparecido en el incendio
intencionado que se registró la noche del pasado domingo en el
edificio principal de la Hacienda Foral de Guipúzcoa de San
Sebastián, donde se comprobó que las alarmas y cámaras de seguridad
fueron manipuladas desde el interior del inmueble.
El incendio comenzó hacia las 22.50 horas en la torre ubicada en el número 2 del paseo de Errotaburu de San Sebastián, un edificio de once plantas en superficie y otras cuatro subterráneas, donde se inició un fuego en varios focos, algunos de ellos en las plantas situadas bajo tierra y otro en el cuarto piso.
La existencia de varios puntos de origen del fuego y el hecho de que se comprobara que las cámaras de seguridad y las alarmas fueron desactivadas desde el interior del edificio han llevado a los investigadores a concluir que el incendio fue provocado.
Además, más de 300 monitores de ordenador, algunos coches oficiales aparcados en las plantas subterráneas y material informático del edificio presentan destrozos que, según el concejal delegado de Seguridad Ciudadana de San Sebastián, Ernesto Gasco, fueron efectuados antes de que se declarase el incendio. El fuego afectó inicialmente a los garajes, sótanos y dependencias subterráneas del inmueble, por lo que varias dotaciones de los bomberos trataron de controlar las llamas.
Sin embargo, hasta las cuatro de la madrugada no se encontró el cuerpo de uno de los dos vigilantes de la empresa Sabico que habitualmente realizan la vigilancia del edificio. Un responsable de la empresa de seguridad Sabico confirmó el fallecimiento de este vigilante e indicó que aún se desconoce el paradero de su compañero, que tenía que incorporarse al servicio de vigilancia a las siete de la mañana.
González de Txabarri añadió al respecto que hubo «alteraciones importantes» en los turnos de los vigilantes «no comunicadas» a sus responsables y aclaró que uno de los guardas debía entrar a trabajar a las tres de la tarde y podría haber prolongado su tarea un turno más.