Uno de los cuatro ciudadanos nigerianos acusados de arrojar a una compatriota menor de edad al vacío el pasado martes en Palma ha ingresado en prisión, tras declarar ante el juez de guardia. Se trata de la mujer Licer O., sospechosa de obligar a la joven a prostituirse, mientras que los otros tres detenidos han quedado en libertado con cargos. La policía sospecha que los detenidos podrían formar parte de una organización perfectamente estructurada y dedicada a la explotación sexual de menores nigerianas. Según informó ayer la policía, esta organización estaría relacionada con otra red encargada de introducir a las menores en Europa, donde las obligarían a prostituirse bajo coacciones y amenazas hasta liquidar la deuda ocasionada por los gastos del viaje, deuda suele oscilar entre los 40.000 y 60.000 euros.
Los arrestados que quedaron en libertad son Emmanuel O. de 25 años y tío de la víctima, de quien se sospechaba en principio que podría ser el cabecilla de la banda y encargado de traer a las menores a Palma; Josephine I., tía de la víctima, y sospechosa de vigilar a la menor en la calle, recogiendo el dinero que ésta obtenía de la prostitución; y Osifo I., de 27 años, titular del domicilio donde tenían encerrada a la víctima y de quien se pensaba que participaba en coacciones a la menor.
El Grupo de Homicidios está encargado de la investigación, que ha facilitado algunos datos sobre lo ocurrido. De este modo, se sabe que la víctima, que cuenta con 16 años de edad, había sido traída a España bajo engaño y que fue obligada a prostituirse en la zona de las Avingudes, donde era constantemente vigilada por los acusados, que ni siquiera la dejaban llamar por teléfono. El acoso continuaba en el domicilio, donde el resto de inquilinos le retenían el dinero y la sometían a amenazas y coacciones.
Esta situación desembocó el pasado martes en una discusión entre la menor y las tres detenidas, que comenzaron a increparla por el poco dinero que había logrado ese día. La joven intentó abandonar el inmueble, momento en que fue sujetada por Osifo mientras su cuñada Licer la golpeaba y la llevaba hasta el balcón, desde donde la lanzaron ante la pasividad de su tía Josephine.