Varios trozos de marés de la fachada de un edificio que está siendo derribado en la calle Jaume Balmes, en Palma, cayeron ayer sobre la vía pública, sin provocar heridos. El edificio, de 55 años de antigüedad, estaba deshabitado desde hacía 15 y se encuentra en el número 22 de la citada calle.
El bloque, de planta baja y dos alturas, se empezó a demoler hace unos diez días y ayer se iba a derribar la fachada hacia adentro. Un empleado de la empresa de demolición vigilaba esta operación desde una grúa en la calle Jaume Balmes. Cuando vio que había peligro de que cayesen cascotes a la vía pública bajó de la grúa y avisó a los viandantes para que no se produjesen daños personales.