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Un demente irrumpe con dos cuchillos en los juzgados y pide que lo ingresen

Amenazó con «hacer alguna locura» si no lo hospitalizaban en el Psiquiátrico

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Un hombre armado con un cuchillo de cocina y una navaja de grandes dimensiones irrumpió el pasado miércoles por la noche en el juzgado de guardia de Palma y pidió presentar una denuncia contra sí mismo por ir armado. El hombre, de 48 años de edad y cuyas iniciales son D.L.M., se hallaba en un gran estado de nerviosismo y alteración y amenazaba con «hacer alguna locura» si no atendían a su petición, llegando a afirmar que estaba dispuesto a matarse «o a matar a alguien» si no le atendían.

Se da la circunstancia de que el hombre ya había acudido a los juzgados justo 24 horas antes armado con los mismos cuchillos para realizar idéntica petición, aunque en esa ocasión no le hicieron ningún caso.

En su segundo intento, D.L.M. se encontró con la sorpresa y la curiosidad de los funcionarios, vigilantes y policías que se hallaban en el lugar. Tras proferir las amenazas, el hombre depositó una fotografía del nicho de su mujer, fallecida 15 años atrás, y dijo no soportar más su situación de soledad.

Los funcionarios del Juzgado de Instrucción número 4 que estaba de guardia, un poco sorprendidos ante tan extraña aparición, aceptaron su petición de pasar un reconocimiento ante el médico forense para que éste diera su consentimiento de enviarlo al Psiquiátrico. Sin embargo, el forense se negó alegando que no tenía por qué reconocerle, puesto que no había cometido ningún delito ni tampoco era víctima.

De este modo, y tras unos minutos de confusión, los funcionarios llamaron a una ambulancia que trasladó a D.L.M. al hospital de Son Dureta, donde quedó ingresado y se le administró medicación tranquilizante. A raíz de este hecho, los funcionarios han vuelto a denunciar la falta de seguridad en los juzgados, más aún tras la reciente reducción de la plantilla de vigilantes de seguridad. Por las tardes, se cierra la entrada principal y se accede al juzgado de guardia por la puerta del patio trasero, donde no hay arco de seguridad y la vigilancia es escasa.

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