Armarse de paciencia. Eso es lo que tuvieron que hacer los conductores que circulaban ayer al mediodía por un tramo de la carretera de Establiments a Esporles, cerca de esta última localidad, y se encontraron con la vía cerrada por un accidente de tráfico.
A las siete de la mañana, aproximadamente, un camión de la empresa «Transports i Excavacions Esporles S.L.» se dirigía a una obra en una finca de aquella carretera, cargado con material de construcción. Según declaró el chófer, de repente un conductor realizó una maniobra brusca e inesperada y él dio un volantazo para no colisionar. Como consecuencia de esta reacción, el camión se precipitó por un bancal del margen derecho, y cayó por un desnivel de unos dos metros de altura. El único ocupante del vehículo no sufrió lesiones de importancia, pero se llevó parte de la pared y la verja de aquellos terrenos. La cabina resultó con serios desperfectos y la luna principal reventó.
La empresa propietaria del vehículo se puso en contacto con Grúas Pol para poder rescatarlo, y poco antes del mediodía se llevó a cabo la operación. El subsector de Tráfico de la Guardia Civil se posicionó en los dos sentidos de la carretera, y fue deteniendo a los vehículos mientras una gran grúa enganchaba el camión. Aquel tramo es angosto y las motocicletas y ciclistas, que se saltaban las retenciones, apenas pudieron pasar mientras duró el dispositivo.
Las retenciones, a pesar de que el corte de tráfico se prolongó durante más de una hora, no fueron escandalosas, sobre todo porque aquella carretera no soporta un tráfico muy denso y también porque muchos conductores dieron la vuelta y tomaron otro camino. Cuando la grúa sacó al camión de la finca lo colocó sobre una plataforma que había sido desplazada hasta ahí ex profeso y finalmente se recuperó la normalidad en ese punto kilométrico. Una cuadrilla de obreros comenzó la reparación de la pared derribada y los conductores, tras una larga espera, pudieron reanudar la marcha.