LUGO-EFE
Un multitudinario funeral, al que asistieron cientos de personas
vinculadas al mundo de la mar y autoridades de las diferentes
administraciones, expresó ayer el dolor de la localidad lucense de
Burela por el naufragio del «Siempre Casina», en el que fallecieron
ocho marineros, mientras los servicios de salvamento buscan los
cuerpos de dos de los tripulantes, cuyos cadáveres aún no han sido
hallados. En una iglesia abarrotada a la que no pudieron entrar
grupos de vecinos, que esperaron hasta el fin de la ceremonia en
silencio a las puertas del templo bajo la lluvia y el granizo, se
expresó la solidaridad de vecinos y políticos ante esta
tragedia.
Al acto religioso asistieron la ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa; la ex ministra Ana Pastor; el vicepresidente segundo de la Xunta, Xosé Manuel Barreiro, entre otras autoridades. Por otra parte, los buzos han tenido que suspender las labores de búsqueda en el interior del pesquero dado el mal estado de la mar, si bien serán reanudadas tan pronto como sea posible. No obstante, las labores de rastreo para tratar de localizar al patrón del «Siempre Casina» continúan por mar y por tierra.