Palma no es Madrid. Y el Windsor no es comparable a ningún edificio mallorquín. Aún así, el desastre en el rascacielos madrileño ha hecho que Cort se replantee la seguridad en las fincas «de riesgos superiores». El último protocolo de seguridad del Cos de Bombers data de 1996, y es una actualización del que se redactó en 1991. Ahora, los responsables en materia de seguridad están muy interesados en modernizar esta normativa, y adaptarla a las nuevas circunstancias. Palma cuenta con tres torres que pueden ser consideradas como 'pequeños rascacielos'. Una está ubicada en la calle Pascual Ribot, junto a la Plaza Madrid. Se le conoce como la Torre de Es Fortí y tiene 65 metros de altura, distribuidos en 23 alturas. El otro gran edificio es el de la Gran Vía Asima, en el polígono de Son Castelló. Y el tercero está emplazado en las Avenidas de Palma, junto a la confluencia con General Riera.
«Hay que diferenciar que la seguridad en estas torres depende, en buena medida, de las comunidades de vecinos, como en cualquier otro bloque de viviendas. Otra cosa, en cambio, son los protocolos de seguridad de los bomberos, que son diseñados por técnicos», expuso un experto consultado por este periódico. Estas mismas fuentes reconocieron que en el caso hipotético de un incendio en un piso alto de alguna de las torres palmesanas los bomberos no cuentan con grúas que puedan llegar a la altura del fuego «pero ocurre lo mismo en los rascacielos de Nueva York». Con todo, la seguridad en las torres palmesanas no está en entredicho y la situación, por ende, no es preocupante. Se trata, eso sí, de modernizar algunos estudios. Lo más importante sigue siendo detectar a tiempo el fuego, para que no se propague.