J.J.S./AGENCIAS
El viento alcanzó, en la madrugada de ayer, rachas máximas de 135
kilómetros por hora en Alfàbia y faro de Capdepera, 111 en el Port
de Pollença y 98 en Palma-Portopí. Por la mañana, Valldemossa
registró un viento de 106 kilómetros por hora. En el norte del Mar
Balear, las olas llegaron a los 6 metros.
Las temperaturas experimentaron un apreciable descenso que se acentuará hoy y mañana. De hecho, la previsión para hoy señala nevadas a 500 metros de altura, bajando mañana a 300. Ayer por la tarde ya se vio caer nieve granulada o aguanieve en Palma, Calvià y Esporles, entre otros puntos de la Isla.
El tráfico marítimo de Menorca se suspendió, se cancelaron tres trayectos en los puertos de Palma, Alcúdia y Eivissa, y cuatro vuelos entre Palma y Eivissa. Un avión de Air Nostrum que cubría este trayecto tuvo que aterrizar finalmente en Valencia. En la agricultura se repiten los daños, pocas semanas después de las heladas, en los mismos productos: patatas, hortalizas y almendros, estos últimos en plena floración. El viento añade graves desperfectos en almacenes agrícolas, granjas e invernaderos.
El viento también destrozó parcialmente algunas de las jaulas que la Fundació per a la Conservació del Voltor posee en Campanet. Sobre las jaulas cayeron pinos de gran tamaño, pero los diez buitres de su interior no sufrieron daño alguno.
La tripulación del crucero «Grand Voyager», que sufrió ayer una avería mientras navegaba entre Balears y Cerdeña, reactivó manualmente dos motores y puso dirección a la isla italiana. El pasaje y la tripulación se encuentra en buen estado y no será preciso su evacuación. A bordo del buque viajan 474 pasajeros, en su mayoría españoles, y 313 tripulantes, que se dirigían a Barcelona para poner fin a un crucero por el Mediterráneo. Iberojet fletó el barco, que se averió cuando se encontraba a 65 millas del sureste de Menorca y una ola rompió una ventana del puente de mando.