La calle de los cristales rotos. Así es como ya han bautizado varios vecinos a la calle Gabriel Maura, junto al Parc de ses Estacions de Palma. El motivo: el elevado número de actos vandálicos y robos en coches que se registran cada fin de semana. El lunes, sin ir más lejos, un total de nueve vehículos aparecieron con destrozos en los cristales. Y en ninguno de ellos habían robado.
El tramo donde se producen los actos delictivos tiene escasamente treinta metros de largo. Está justo al lado del puente que desemboca en la calle Aragón y está correctamente iluminado. El problema, sin embargo, radica en su peculiar ubicación. Transcurre paralela a las vías del tren de Inca y la entrada desde la calle Aragón no es muy visible, por lo que la calle Gabriel Maura es el blanco perfecto para los ladrones de coches. «Hemos llamado muchas veces a la policía, pero por aquí sólo vienen cuando ya han robado.
Luego no vemos ni patrullas de noche ni tampoco una mínima presencia puntual por la zona», comentó un vecino. La paciencia de los residentes se acabó el lunes por la mañana, cuando nueve vehículos de diferentes marcas y modelos aparecieron con cuantiosos desperfectos: lunas delanteras fracturadas, espejos retrovisores arrancados... La Policía Local fue informada y los agentes inspeccionaron los daños.