J.J./G.P./P.M.
La eslovaca Veronika Kovaloska, de 26 años, murió a causa de un
fuerte golpe que recibió en la parte frontal de la cabeza. La joven
no fue arrojada ni cayó, ni se tiró por el balcón del apartamento
donde residía, y con respecto a las heridas que presentaba en la
muñeca no se ha encontrado el arma que las ocasionó. Tampoco se ha
encontrado el objeto contundente que se habría utilizado para darle
el golpe mortal en la cabeza.
Esa es, en síntesis, la conclusión de la autopsia efectuada al cadáver, según informaron ayer a este periódico fuentes judiciales y de la investigación. Lo más concluyente del informe elaborado por los médicos forenses de Manacor, Emilia Salas y Javier Alarcón, es que la etiología de la muerte es homicida, en base al golpe en la cabeza.
Con respecto a que Veronika Kovaloska no se precipitara por el balcón, de unos siete metros de altura, este dato se deduce de la no presencia de fracturas en el cuerpo, que así deberían avalarlo. En la edición de ayer ya se informó de esta posibilidad, en base a los nuevos datos que los investigadores estaban recogiendo en el lugar donde ocurrieron los hechos. Así, el domingo se barajaba la hipótesis de que la joven cayó desde el balcón del segundo piso. En una de sus manos se encontraron restos de una sustancia verdosa, por lo que se analizó la barandilla del balcón por si se podía confirmar este dato, que no se confirmó. Sin embargo, al día siguiente sí que se comprobó que dichos restos eran del seto que hay justo al lado de donde murió la joven, al que se habría agarrado con una de sus manos.
En base pues, a los resultados de la autopsia, todo indica que la joven fue agredida en el transcurso de una discusión que se habría iniciado en el interior del apartamento. Después intentó huir -de ahí las voces que los vecinos decían haber escuchado procedentes de la escalera- y una vez en el exterior, y cuando se dirigía a la salida del complejo, es donde pudo haber recibido el golpe que le produjo la muerte. El lugar donde poco después murió coincide en que está situado bajo el balcón del apartamento donde residía con su compañero sentimental. De ahí que en principio se barajara la posibilidad de un suicidio.