Ofelia Hernández, de 32 años, murió ayer de madrugada tras ser apuñalada en la puerta de su propio domicilio en Durango (Vizcaya) por su antiguo compañero sentimental, que tenía una orden de alejamiento de la víctima, quien ya le había denunciado anteriormente por malos tratos, informó la Ertzaintza. Tras ser apuñalada, malherida, la mujer logró llegar a un bar situado en los bajos de su vivienda para pedir ayuda. Los servicios asistenciales explicaron que la mayor preocupación de la mujer eran sus hijos y que repetía: «mis pobres hijos, que se han quedado solos».
El suceso se produjo sobre las 20:45 horas del sábado. Ofelia, explicó la Ertzaintza, se encontraba en su domicilio con sus dos hijos cuando apareció su antiguo compañero sentimental. Se entabló una fuerte discusión entre ambos y finalmente el hombre le asestó una puñalada en el estómago. La mujer, de 32 años y nacida en Guatemala, a pesar de las importante heridas logró llegar hasta un bar cercano y pedir auxilio. Allí la encontraron, «decaída pero consciente», los agentes de la Ertzaintza y la dotación de una ambulancia de la DYA que acudieron a socorrerla.
Inmediatamente se organizó su traslado al hospital de Galdakao. Un portavoz de la DYA de Durango explicó que mientras era atendida la mayor preocupación de la mujer era la situación en que quedaban su dos hijos pequeños: «mis pobres hijos, que se han quedado solos», repetía.
Durante el traslado la mujer fue entrando en estado de «shock» y poco después de ser ingresada falleció a consecuencia de las heridas sufridas. Pero antes la mujer había logrado explicar a la Ertzaintza que el agresor había sido su antiguo compañero sentimental, que fue identificado como F.A.U., de 35 años y natural de Durango, que ya había sido denunciado por malos tratos y sobre quien pesaba una orden judicial de alejamiento.