AGENCIAS-REDACCION
Un nuevo contingente de ayuda humanitaria aportado por Apotecaris
Solidaris y subvencionado por el Govern balear, consistente en 58
cajas de material sanitario, partió ayer hacia Sri Lanka, para ser
repartido en la región de Tricomale.
Según informó ayer la Conselleria de Presidencia y Deportes, esta zona, situada al noreste de Sri Lanka es una de las más devastadas de la isla, donde se calcula que han resultado afectadas directamente por el seísmo unas 140.000 personas. El material sanitario que se envía incluye una unidad completa, que es la adecuada para ofrecer un respaldo «más completo a nivel cualitativo» y que puede atender a una población de 150.000 personas durante un mes. Asimismo, Baleares ha remitido diez unidades sanitarias básicas, con cada una de las cuales es posible atender a 2.000 personas durante treinta días. Según el Govern, los medicamentos y el material sanitario incluidos permiten dar una cobertura sanitaria amplia a los afectados.
Mientras, en distintas localidades de la isla se continúan programando actos con el objeto de recoger fondos para ayudar a los damnificados. En Sineu, la Casa de Cultura ha organizado una serie de actos y el próximo sábado, día 29, se celebrarán las doce horas de «hot cycling», en la plaza de la localidad, y cuyos beneficios se entregarán a la Creu Roja para ayudas a los damnificados.
Ayer, los príncipes de Asturias llegaron sobre las 11.30 horas al puerto de Alicante, donde presidieron los actos de despedida del buque de la Armada Española «Galicia», que zarpó con ayuda humanitaria y personal médico para socorrer a los damnificados por el maremoto del sudeste asiático. Don Felipe y doña Letizia estaban acompañados por el ministro de Defensa, José Bono; el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, y el alcalde de la ciudad, Luis Díaz Alperi.
El buque anfibio «Galicia» partió hacia Sumatra, con ayuda humanitaria y diverso personal médico.
Y mientras el mundo se moviliza para ayudar a los damnificados, en algunas zonas hay quien pretende sacar provecho. Parte de la ayuda repartida en la costa oriental de la India ha sido vendida y ha acabado en mercados, dijo ayer el párroco de la basílica de Santo Tomás, en Madrás.