Fuertes vientos y lluvias torrenciales provocaron ayer el caos en algunas zonas del Reino Unido y obligaron a operaciones de rescate con helicópteros de personas, entre ellos niños, que se habían subido a los tejados. Numerosos accidentes obligaron al cierre parcial de carreteras, múltiples hogares se quedaron sin corriente eléctrica y un transbordador procedente de Irlanda del Norte, con cien pasajeros, encalló frente a la costa occidental de Escocia.
Los servicios meteorológicos han lanzado avisos reiterados de que las propiedades e incluso la vida de las personas pueden correr peligro en las zonas más azotadas por la combinación del vendaval y las lluvias. Se ha recomendado a los motoristas que se abstengan de cualquier viaje que no sea absolutamente necesario y se ha aconsejado a los agricultores que lleven al ganado a las áreas más altas, mientras que en Carlisle (Cumbria), un total de 40.000 hogares se han quedado sin electricidad. Las autoridades han informado asimismo de que numerosos camiones han volcado en distintas carreteras del país y han obligado a suspender la circulación de tráfico rodado en muchos tramos.