AGENCIAS-REDACCIÓN
Los europeos guardaron ayer tres minutos de silencio en recuerdo de
las víctimas del seísmo que el 26 de diciembre asoló el sureste
asiático, dejando más de 150.000 muertos, decenas de miles de
desaparecidos y millones de damnificados.
Las autoridades, las instituciones y los ciudadanos, en general, de los países europeos secundaron la convocatoria, una iniciativa de la presidencia luxemburguesa de turno de la Unión Europea (UE) y de la Comisión Europea. Paralelamente, los gobiernos europeos anunciaron el envío de todo tipo de ayuda a los paises afectados. En Balears las instituciones y organismos públicos se sumaron a los tres minutos de silencio. En Francia, el homenaje a las víctimas lo encabezó el presidente Jacques Chirac en el Elíseo.
En Alemania muchos trenes interrumpieron su recorrido, así como los tranvías y autobuses de Berlín, y en las estaciones alemanas se convocó al silencio a través de los altavoces. En Italia, las banderas de todos los edificios oficiales ondearon a media asta en señal y los organismos públicos guardaron tres minutos de silencio. El Vaticano también se unió a la jornada de luto y el Papa Juan Pablo II permaneció hasta mediodía en la Aula Pablo VI, sede de la tradicional audiencia pública de los miércoles, donde a mediodía todos meditaron durante tres minutos antes de rezar un Padrenuestro. Cuando el reloj de la Torre del Big Ben, en el Parlamento de Westminster, marcó las 12.00 hora local, en la calle, en las estaciones de metro y en los lugares de trabajo, los británicos detuvieron sus actividades para expresar su dolor. Las instituciones y ciudadanos españoles secundaron asimismo en todo el país las concentraciones de duelo para honrar a las víctimas. El Gobierno español defenderá a partir del próximo 11 de enero en el Club de París que se conceda a los países afectados por el maremoto en el sudeste asiático una moratoria en el pago de su deuda externa. En Bélgica, trabajadores, medios de transporte y de comunicación pararon a mediodía en honor de las víctimas del tsunami, y las banderas de los edificios públicos ondearon a media asta, al igual que en Polonia. Los holandeses también secundaron este acto de solidaridad. Mientras, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, manifestó que «nunca había visto algo así», tras sobrevolar en helicóptero la provincia indonesia de Aceh, devastada por el seísmo. «He estado en la guerra y he sido testigo de un buen número de huracanes, tornados y de otras operaciones de emergencia, pero nunca había visto algo así», aseguró Powell.