El hallazgo del cadáver se efectuó de manera casual, a eso de la una de la tarde. Una pareja de turistas estaba tomando imágenes de los acantilados de El Toro, muy cerca de las islas Malgrats, y de repente el hombre reparó en un bulto flotando frente a la costa, de color rojo. Amplió el zoom de su cámara y descubrió que se trataba de un cuerpo boca abajo, aparentemente de un hombre, a merced de las olas.
Los bomberos de Santa Ponça, la Guardia Civil y la Policía Local se movilizaron de inmediato y acudieron a aquellos acantilados, en primer lugar para verificar la información y después para iniciar la operación de rescate. María José Rodríguez, la directora de los Bomberos de Mallorca, coordinó el dispositivo, que se prolongó hasta las cinco de la tarde. El problema estribaba en que el mar estaba picado, y el cuerpo aparecía y desaparecía. Además, ora se acercaba a la costa, ora se alejaba. Una patrullera de la Benemérita intentó aproximarse a los acantilados, pero el temporal se lo impidió. Salvamento Marítimo envió hasta Calvià a una de sus embarcaciones y los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) también se sumaron a los esfuerzos por recuperar el cadáver. Al final, fue posible rescatar el cuerpo, que fue trasladado hasta el muelle de Port Adriano. Se trataba de un varón de tez morena, de unos 38 años de edad, y aspecto sudamericano. Vestía con un jersey de color rojo (el que hizo posible que fuera descubierto mientras flotaba) y unos pantalones vaqueros. En uno de los bolsillos se hallaron centavos americanos. La víctima, que al cierre de esta edición no estaba identificada, llevaba pocas horas en el mar y presentaba un fuerte golpe en la cabeza, que se podría haber producido al golpearse contra las rocas.
La Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y trasladó el cuerpo hasta el instituto anatómico forense de Palma, donde se le efectuará la autopsia en las próximas horas. La principal hipótesis que se maneja es que el infortunado cayó de forma accidental al mar desde aquellos acantilados y que luego se golpeó la cabeza y se ahogó.