El olfato de «Andre Y-40» es casi infalible. El perro adiestrado de la Guardia Civil del Port de Palma detectó el pasado miércoles que en un coche embarcado en la bodega de un buque había un alijo de más de dos kilos de cocaína. El instinto del can ha posibilitado la detención de tres marroquíes: Mohamed A., de 32 años de edad, Khalid Z., de 22, y Mohamad Z., de 20.
De acuerdo con los datos facilitados por el portavoz autorizado de la Oficina Periférica de Comunicación (OPC), el barco Sorolla de la compañía Trasmediterránea llegó al puerto palmesano a primera hora de la mañana, procedente de Barcelona. Como es habitual en estos casos, la Benemérita realizó controles a los pasajeros (algunos de los cuales fueron registrados) y examinó la bodega de la embarcación. Los agentes bajaron acompañados de «Andre Y-40», un sabueso que ha descubierto varios alijos en los últimos meses. Y, una vez más, el animal no falló. Tras olfatear algunos vehículos aparcados, el perro se dirigió a un Volkswagen Golf con placas de matrícula provisionales, y se puso frenético. Sus nerviosos movimientos pusieron en alerta a los funcionarios, que averiguaron que el coche en cuestión lo habían embarcado tres ciudadanos marroquíes en el puerto de Barcelona. Tras un exhaustivo registro, en el salpicadero del Volkswagen Golf aparecieron dos kilos de 'coca' distribuidos en ocho tabletas, así como una balanza de precisión y una bolsita con algunos gramos más de la misma sustancia. Los tres magrebíes fueron conducidos hasta la Comandancia de Palma y ayer pasaron a disposición judicial.
Por otra parte, y según informó ayer la agencia Efe, el Cuerpo Nacional de Policía de la capital ha detenido al español Francisco Miguel B.C., de 23 años, que llegó ayer a Madrid en un vuelo procedente de Caracas y que escondía 4.440 gramos de cocaína en planchas ocultas en dos cajas de juguetes que llevaba en una bolsa. El joven pretendía continuar viaje a Palma desde Madrid cuando fue detenido por los agentes del Grupo de Estupefacientes. Sin embargo, no ha trascendido si residía en la Isla o únicamente se trataba de un 'correo' que debía entregar la sustancia y luego regresar a la Península.