Un individuo de 41 años, residente en Binissalem, está acusado de asaltar la pasada madrugada la ermita de Santa Magdalena en el Puig d'Inca y agredir brutalmente al posadero, que vive allí junto a su esposa. El sospechoso, identificado con las iniciales A.R.F., fue detenido más tarde en la misma ermita por la Policía Local de Inca, avisada por la propia víctima, que había podido huir con su mujer en su propio vehículo. Fue entregado a la Guardia Civil y al mediodía pasó a disposición judicial.
Según informaron los agentes que procedieron a su detención, el asaltante se encontraba perturbado mentalmente o bajo los efectos de alguna droga. Mientras estuvo sólo en la ermita, durante cerca de media hora, no robó ni sustrajo nada.
La agresión que sufrió Daniel López, un argentino que junto a su esposa hace cuatro años que son los posaderos de la ermita del Puig d'Inca, fue brutal. Ayer por la tarde a ambos todavía no se les había pasado el susto. Tras la agresión, Daniel fue trasladado en ambulancia al Hospital de Son Dureta donde le tuvieron que aplicar cerca de 25 puntos de sutura en la cabeza y atenderle varias contusiones en todo el cuerpo, perdiendo hasta entonces cerca de un litro y medio de sangre.
«El tipo era un armario. Me golpeó varias veces en la cabeza y en el cuello con un rastrillo y cuando intenté huir me tiró al suelo. Agarró una bombona de butano llena y me la lanzó encima, que por suerte me cayó en la pierna», relató ayer el posadero, quien no tiene «ni idea» de las intenciones del asaltante. «De noche habíamos oído el timbre un par de veces pero no le dimos importancia, pues a veces hay gente por los alrededores. Cuando abrí la puerta sobre las cinco y media para sacar el coche e irme al trabajo, se abalanzó sobre mí y empezó la agresión, en la que hubo un momento en que creí que me mataría», explicó.