Salah Eddine B., de 40 años, se accidentó el pasado jueves en el kilómetro 17-500 de la carretera de Valldemossa, muy cerca del pueblo. La Policía Local tuvo conocimiento del incidente y cuando una patrulla llegó hasta aquel tramo se encontró a un Citroën C-3, de reciente matriculación, estrellado y abandonado.
El conductor había desaparecido de forma sospechosa y los agentes, extrañados, repararon en un magrebí que estaba haciendo autoestop y había sido recogido por un camión. Entonces, procedieron a detener el vehículo e identificaron al extranjero, que reconoció ser el conductor del turismo. Su permiso de residencia ya había caducado, pero lo que más llamó la atención de los policías fue una tarjeta magnética de un hotel de Sóller que estaba en su poder. Interrogado sobre este extremo, Salah facilitó una versión sorprendente: la noche anterior la había pasado con una turista alemana en ese hotel y luego, por la mañana, se llevó la llave por error.
La historia del seductor no colaba demasiado y sin embargo los agentes no tenían motivos para retener al sospechoso. Antes de dejarlo marchar intentaron averiguar si en ese establecimiento de Sóller se había producido algún delito en las últimas horas y en principio la gestión fue infructuosa. El argelino quedó en libertad pero ese, definitivamente, no era su día. Una última llamada permitió descubrir que, en efecto, se había cometido un robo en el hotel, lo que justificó la detención cautelar del magrebí.
En 2003 este inmigrante intentó atropellar a dos policías locales también de Valldemossa, que iban a detenerle. Al poco tiempo quedó en libertad y se dedicó, supuestamente, a visitar miradores de la serra de tramuntana con otros compinches, con el objetivo de desvalijar los coches de los turistas. Tras la detención el miércoles de Salah, las diligencias pasaron a la Guardia Civil de Sóller, que siguió investigando y consiguió apresar a un segundo implicado, llamado Nabil B., de 29 años y también argelino.