El yate «Malarina», de 25 metros de eslora y valorado en más de 360.000 euros, quedó destruido ayer a consecuencia de un incendio que se declaró cuando navegaba a un kilómetro de sa Foradada, en aguas de Valldemossa.
La embarcación iba patroneada por un capitán y a bordo había cinco tripulantes, todos irlandeses de la misma familia. A eso de las doce y cuarto del mediodía, cuando navegaban entre el Port de Valldemossa y sa Foradada, con el mar calmado, comenzó a salir humo de los motores. Un barco de Protección Civil de Sóller que casualmente navegaba por las inmediaciones se acercó para interesarse por lo ocurrido, y se encontró con que tanto el capitán como los tripulantes aparentaban dar poca importancia a la «avería». La situación, sin embargo, se les fue de las manos y tras oírse dos detonaciones, una densa humareda negra comenzó a alzarse sobre el lujoso yate.
Toda la tripulación se arrojó al agua, porque corrían el riesgo de resultar intoxicados, y fueron recogidos por el barco de un vecino de Valldemossa, que los llevó hasta el Port. Al tratarse de un día claro y caluroso, eran muchos los excursionistas que paseaban por las inmediaciones de sa Foradada, lo que contribuyó a que la estampa de aquella negra humareda alarmara a los testigos.
Así pues, el centro de emergencias del 112 y la Guardia Civil recibieron decenas de llamadas desde teléfonos móviles, alertando del incendio en el yate. Salvamento Marítimo envió a una de sus dotaciones hasta aquellas aguas, aunque el incendio estaba demasiado extendido y no se pudo controlar. A las seis de la tarde la nave seguía consumiéndose, y estaba a punto de naufragar. La Cruz Roja de Sóller también envió una zódiac a sa Foradada, en previsión de que hubiera heridos. Sobre las causas del fuego, todo apunta a un cortocircuito.