«La responsabilidad es del camionero, pero es cierto que nosotros ya habíamos pedido a la empresa que el tráfico fuera desviado para que ningún vehículo pasara por debajo del puente mientras nosotros trabajábamos. Y no nos hicieron caso». Mario Caamaño Pais, uno de los dos obreros mutilados en el accidente de la carretera de Llucmajor, denunció ayer, desde el hospital de Son Dureta, que hace una semana el otro operario herido, que sigue en la UCI, ya tuvo un incidente con un camión, que le rozó un pie cuando estaba sobre la estructura.
El joven, de 25 años, ha perdido el pie derecho, pero está asombrosamente sereno. Desde su cama de la segunda planta del hospital palmesano relató ayer la fatídica jornada del miércoles por la tarde: «Julio y yo estábamos sobre el puente, pero trabajábamos mirando hacia Llucmajor, por lo que no vimos cuando el camión se nos venía encima. Oímos un ruido y caí desde cinco metros. El encofrado pilló a mi compañero y a mí se me vinieron encima unos tableros, pero los pude esquivar. Oía gritar a Julio: '¡Ayuda, ayuda!' y al saltar vi que me faltaba el pie. Luego me tumbé y esperé que me auxiliaran». El encofrador, natural de Galicia y que lleva cinco años en Mallorca, aseguró que el camión «tenía que ir rápido, porque movió una carga tremenda.