-«¿Alguien me puede ayudar a sacar de una vez los dedos?»
Son las 21.45 horas. La calle: la Avenida del Cid, en Son Ferriol. Una cabina telefónica se ha convertido en una trampa improvisada para una joven de unos 18 años, que lleva desde las nueve de esa noche del viernes con una mano atrapada en el cajetín de la devolución.
Junto a ella, rodeándola y sin saber muy bien que hacer, hay seis sanitarios, bomberos y policías locales. La chica había llamado por teléfono desde aquel aparato, acompañada de su novio, y cuando se disponía a sacar las monedas del cambio ocurrió lo inesperado: quedó cazada en el cajetín, sin posibilidad de apenas mover la mano. Lo cómico de la situación, al principio, da paso al lógico nerviosismo de la joven, que va perdiendo los nervios a medida que la intentan rescatar sin éxito. A pie de calle, a pocos metros, una veintena de vecinos se congrega esperando el desenlace. Los dedos de la víctima son enjabonados y untados para facilitar la maniobra de salida y a las 21.50 horas, por fin, salen del cajetín, doloridos y enrojecidos. Su novio ríe y ella, aún nerviosa, pregunta al fotógrafo: «¿Dónde saldrá, en las páginas de sucesos?». Qué fácil hubiera sido todo con un móvil...