Un ciudadano de nacionalidad búlgara, de mediana edad, permanecía ayer recluido en los calabozos de la Guardia Civil de Palmanova después de que durante la madrugada hubiera amenazado con violar a una policía local de Calvià.
El incidente se registró poco después de las dos de la madrugada, cuando el dueño de un bar de Son Ferrer denunciara por teléfono un hurto. Una patrulla de la Policía Local se presentó en el local y el hombre, muy alterado, les explicó que uno de los dos búlgaros que se encontraban allí presentes le había sustraído unos 30 euros, con la excusa de enseñarle un juego de manos para hacer desaparecer los billetes. El extranjero, que negó las acusaciones, fue identificado y fue entonces cuando se encaró con los agentes, a los que acusó de estar agobiándole sin motivo. El altercado no fue a más y el búlgaro quedó libre. Sin embargo, al poco tiempo compareció en el cuartel de la Policía Local y aseguró que quería denunciar la actuación de los agentes en el bar de Son Ferrer.
Su actitud fue cada vez más tensa y en un momento dado se encaró con una policía y le espetó que la violaría y la mataría. Los agentes le abrieron diligencias por un delito de amenazas, pero no procedieron a su detención formal. No obstante, a la hora de comprobar si tenía alguna requisitoria pendiente se descubrió que estaba siendo buscado por la Guardia Civil, supuestamente en relación a una estafa. Así pues, el búlgaro fue retenido hasta que llegó al cuartel una patrulla de la Benemérita y se hizo cargo de él. El hombre se encontraba ayer en los calabozos de Palmanova, a la espera de prestar declaración ante la autoridad judicial.