A las 4.40 horas, aproximadamente, un vecino de la calle Crédito Balear, llamado David, descubrió que un ciclomotor aparcado en la calle, frente al número 57, estaba envuelto en llamas. En pocos segundos el fuego se extendió a otra moto y, acto seguido, se propagó a tres coches.
El testigo dio aviso a la centralita telefónica del 091 y los bomberos también fueron informados del siniestro, que cobraba más fuerza a cada instante que transcurría. Justo delante de la moto estaba estacionado un Volkswagen Golf GTI, que quedó completamente arrasado. Delante de este coche había un Ford Focus, que también comenzó a arder en su parte delantera y en el otro extremo se encontraba un Renault Megane, cuyo parachoques trasero empezó a fundirse como resultado de las altísimas temperaturas. Hasta la calle Crédito Balear acudieron efectivos de la Policía Local de Palma, bomberos y Cuerpo Nacional de Policía, que acordonaron la zona para evitar que los vecinos se acercaran a los vehículos en llamas, ya que existía riesgo de que se produjera alguna deflagración.
Durante cuarenta minutos los bomberos arrojaron grandes cantidades de agua y espuma sobre los tres coches y las motos y consiguieron, al menos, salvar de la quema completa al Ford Focus y el Renault Megane. El Golf y las dos motos, en cambio, fueron pasto del fuego. Numerosos vecinos, alarmados por el ruido de las sirenas, bajaron a la calle para interesarse por lo ocurrido y otros siguieron el desenlace desde los balcones de sus casas. Dos alturas de la fachada del edificio de enfrente quedaron ennegrecidas por el denso humo y la barandilla de una pequeña terraza sufrió daños materiales. La policía abrió una investigación para aclarar el origen del fuego y la hipótesis principal es que un pirómano prendió fuego a una de las motos y luego el incendio se propagó al resto de vehículos. Los daños materiales son cuantiosos y están valorados en más de 18.000 euros. Sin embargo, al margen de los desperfectos, nadie resultó intoxicado.