Las instalaciones están ubicadas en el número 164 de la calle Licorers, en el polígono de Son Castelló, justo al lado de otra empresa panificadora. Los trabajadores acabaron su jornada laboral a las seis de la mañana, como siempre, y los últimos en salir cerraron el recinto.
A eso de las 9.00 horas, sin embargo, una densa humareda se alzó sobre la nave y alarmó a los negocios vecinos, que dieron aviso a la Policía Local. Se da la circunstancia de que el cuartel está ubicado a escasos 150 metros de la nave siniestrada, por lo que el despliegue fue muy rápido. Los bomberos de Palma también fueron informados del incendio, aunque en un principio se pensó en avisar a los del parque de Inca.
La situación, dada la gran humareda que salía, requería una actuación inmediata, por lo que finalmente fueron los bomberos de la capital los que llegaron a la nave para combatir el fuego. Las llamas estaban localizadas en un horno eléctrico de grandes dimensiones, emplazado en un lateral de la nave, y las paredes y el techo quedaron ennegrecidas por el humo. La máquina resultó devastada y los bomberos tuvieron que utilizar equipos de oxígeno para acceder a aquellas instalaciones. Luego, una vez en el interior, sofocaron el siniestro con facilidad.
Daños cuantiosos
A las diez de la mañana la situación estaba controlada por
completo, y los daños en la empresa, sobre todo en las
inmediaciones del horno, fueron cuantiosos. El suelo quedó
encharcado, debido a las grandes cantidades de agua que arrojaron
las dos unidades de los bomberos que participaron en la extinción
del fuego. Afortunadamente, nadie resultó herido o intoxicado
porque el recinto estaba vacío en esos momentos. Al mediodía acudió
un perito de la compañía de seguros para calibrar los daños y sobre
el origen del fuego un portavoz de los bomberos informó de que
«todo parece indicar que ha sido un cortocircuito, pero estamos a
la espera del informe definitivo». Los dueños de la nave tenían
previsto adecentar el local para seguir trabajando con normalidad
cuanto antes.