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La alemana que abandonó a su bebé en un lavabo del Club Náutico ingresa en prisión

La Guardia Civil cree que Jessica Maria viajó a Mallorca con la única intención de deshacerse de la criatura

Jessica Maria se tapó el rostro al llegar a los juzgados de Palma. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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La joven alemana llegó a los juzgados de Vía Alemania por la mañana, después de pasar la noche en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil. Al detectar la presencia de periodistas se cubrió el rostro con una chaqueta y al poco tiempo empezó su declaración ante el juez Antoni Garcías, titular sustituto del Juzgado de Instrucción número 2, que ayer se encontraba en funciones de guardia.

Durante el interrogatorio de la Policía Judicial, Jessica Maria se negó a declarar, pero ha trascendido que tras dejar abandonado al bebé en el lavabo explicó a sus amigos alemanes que actuó así «porque no era deseado». La joven, de 26 años y natural de la ciudad de Hill, tomó un vuelo hacia Mallorca el pasado viernes. Llegó sola a la Isla y la Benemérita cree que su intención era clara: deshacerse de la criatura que estaba a punto de nacer. Los motivos exactos sólo los conoce la madre, que es soltera, pero todo indica que quería dar a luz lejos de su país y eligió Mallorca porque sabía que un amigo suyo, acompañado de otros cinco germanos, había alquilado un yate en el Club Náutico para una travesía por aguas de Balears.

De esta forma, tenía la excusa perfecta para ausentarse de Hill y pasar unos días de vacaciones. En la noche del viernes al sábado el grupo de compatriotas salió de copas por la zona de sa Llotja y Jessica Maria, pese a su avanzadísimo estado de gestación, consumió alcohol. Al parecer no quería llamar la atención de sus amigos, que no sabían que estaba embarazada.

A las dos de la madrugada comenzó a sentirse indispuesta y llegó hasta el Club Náutico de Palma, para dar a luz en el lavabo de Capitanía. El parto fue rápido y la joven perdió gran cantidad de sangre, aunque no gritó ni pidió ayuda a nadie. Luego, dejó a su niña recién nacida en el interior de la taza del váter, afortunadamente boca arriba, ya que en caso contrario se podría haber asfixiado. Fue ella misma la que avisó a un vigilante del «hallazgo» del bebé y la investigación policial se puso en marcha. De forma sorprendente, Jessica Maria sacó fuerzas y simuló estar en perfecto estado, aunque en sus zapatos llamó la atención la aparición de manchas de sangre.

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