Después de varios meses de 'tranquilidad' los delincuentes han regresado al campo de fútbol del Coll den Rabassa. En el transcurso de la noche del jueves al viernes una o varias personas accedieron al recinto deportivo y una vez dentro forzaron tres ventanas y la puerta del bar.
Cuando estaban a punto de conseguir su objetivo, que era llevarse todo cuanto de valor hubieran encontrado, se dieron a la fuga de manera precipitada. Se supone que debieron escuchar ruidos o el motor del algún vehículo que pasó por la zona. El presidente del club, Pep Forteza, recuerda que hace un año sufrieron una oleada seguida de seis robos en el bar en muy poco tiempo.
Desde entonces se colocaron ventanas nuevas y la puerta, más reforzadas que las anteriores «pero como se ha podido comprobar no ha servido de nada», se lamenta Pep Forteza.
En esta ocasión los delincuentes no se han podido llevar dinero en efectivo ni objetos de valor, pero los daños que se han ocasionado son cuantiosos. En la zona hay poca o nula vigilancia policial por las noches, por lo que el bar parece ser un objetivo fácil para los amigos de lo ajeno.