C. VENY/G.P.
La vicepresidenta del Govern balear, Rosa Estaràs, y las
conselleres de Sanitat y Obres Públiques, Aina Castillo y Mabel
Cabrer, respectivamente, visitaron ayer por la mañana a los seis
heridos que seguían ingresados en centros sanitarios de Mallorca.
En primer lugar, acudieron al hospital de Manacor, donde ingresó
una mujer de 69 años de edad con cuatro costillas rotas. A
continuación se desplazaron al hospital general de Muro, donde
ingresaron un hombre y una mujer que sufrieron policontusiones.
Después acudieron hasta el hospital de Alcúdia, donde fueron trasladados tres ciudadanos marroquíes después del accidente, aunque sólo dos de ellos quedaron hospitalizados. En último lugar, fueron hasta la Clínica Juaneda de Palma, donde estaba ingresado el sexto herido, también marroquí. A pesar de la aparatosidad del accidente, no se produjeron daños personales graves y si no surgen complicaciones, los heridos serán dados de alta estos días, después de que les practiquen una serie de pruebas. El tercer vagón del tren fue el que resultó peor parado tras el descarrilamiento pero, por fortuna los pasajeros viajaban en los dos primeros vagones «si no, las consecuencias podrían haber sido muy negativas», dijo Cabrer.
La consellera afirmó que «en circunstancias normales, no podemos permitir que vuelva a pasar algo similar, y por ello se interrumpe la circulación de trenes en este tramo». «Los técnicos dicen que hay un fallo en la obra, no se contempló que si había un alud, caerían restos sobre la vía, no ha sido un accidente fortuito y se debe revisar la línea para que no pase de nuevo algo así», remarcó Cabrer. «Se declararán las obras de emergencia y se hará nuevo lo que está mal, pero quiero más de una opinión y tomaremos el tiempo que haga falta para que tengamos una línea segura», concluyó.