EFE-RABAT
La cifra final de muertes ocasionadas por un terremoto que se
registró la madrugada de ayer en la provincia rifeña de Alhucemas,
en el noreste de Marruecos, podría superar las 600 personas, según
coincidieron varias autoridades locales. Aunque el recuento oficial
era anoche de 584 muertos y 300 heridos, se temía que el número
aumentara en las próximas horas, cuando se contabilicen las
víctimas en pequeñas aldeas rurales de difícil acceso por carretera
y concluyan las labores de desescombro en Imzurem, la ciudad más
afectada. El mayor número de muertos se registró en Imzurem, una
ciudad de unos 20.000 habitantes, situada a unos 10 kilómetros al
sur de Alhucemas, donde hasta anoche habían sido extraídos de los
escombros 164 cadáveres y que ha sido declarada ya zona
catastrófica.
Varios edificios, en su mayoría de tres plantas y con precarios cimientos, se derrumbaron como consecuencia del terremoto, que se registró alrededor de las dos y media de la madrugada y sorprendió a la población mientras dormía. En una de esas viviendas derruidas, los equipos de rescate buscaban los restos de tres niños, el mayor de ellos de siete años, mientras que los cuerpos de sus padres ya habían sido trasladados al depósito de cadáveres.
Algunas autoridades y medios de comunicación locales estiman que, al menos, 60 personas podrían haber muerto en pequeñas aldeas rurales como Ait Kamara, pero no figuran todavía en ese recuento oficial.