Televisores en blanco y negro, máquinas de escribir sin teclas, radiocassettes antiguos o decenas de bicicletas, la mayoría con las ruedas pinchadas, son algunos de los miles de objetos que se guardan en los archivos del edificio de los juzgados de Vía Alemania, en Palma. La mayoría de estas piezas va a desaparecer, porque se trata de objetos que han sido recuperados por las fuerzas de seguridad y que no se ha encontrado a su propietario.
Por ello, durante años cada juzgado ha ido acumulando miles de piezas de convicción, que a día de hoy es casi imposible que vayan a ser reclamadas por sus dueños. También se guardan cajas llenas de expedientes, que son la demostración escrita de la actividad diaria que durante años han realizado los juzgados de instrucción.
Esta amplia zona del edificio se convertirá el próximo año en la oficina judicial que ocupará el Juzgado de Instrucción número 11 de Palma. Este juzgado tiene que funcionar a principio del próximo año, aunque de forma provisional la oficina estará situada en otras dependencias del edificio. El espacio que ahora ocupa el archivo va a ser remodelado y modernizado, para que cuente con todos los medios materiales que necesita un juzgado de instrucción.
Esta amplia reforma no supone que el archivo judicial vaya a desaparecer. Lo que es cierto es que cambiará de ubicación. Los expedientes y las piezas de convicción que todavía pueden ser utilizadas, o que se trata de casos que todavía no han sido juzgados, serán trasladados a un espacio del edificio de los nuevos juzgados de sa Guerreria. Hace varias semanas que los funcionarios de cada juzgado de instrucción están clasificando los objetos que pueden ser todavía utilizados y los que son inservibles. Estos últimos se van acumulando en un contenedor de basuras porque ya no existe espacio suficiente en el archivo para guardar tantos objetos.